Marina Marroquí “Cuando salí de esa relación era incapaz de decir una canción que me gustase o una película. Yo no era nadie. No era nada”. Aún así, a Marina Marroquí le costó un lustro llamar “maltratador” al hombre que le robó la adolescencia. De los 15 a los 19 años vivió un infierno que ahora relata con dureza: “A mí me pegaron, me quemaron, me violaron, me dejaron en un descampado, me asfixiaron, me insultaron y me humillaron”. Y, tras dejar la relación, lo que quedó fue una mujer que se sentía culpable, avergonzada y rota. Ahora, totalmente recuperada y optimista, expone su pasado porque está convencida de que la visibilización y la educación son las únicas herramientas para eliminar la violencia de género. Marina Marroquí estudió Educación Social en la Universidad de Granada y actualmente preside la Asociación Ilicitana contra la Violencia de Género (AIVIG). En su empeño educativo, ha llevado el taller “El amor no duele” -una dinámica de pre