CONDENSACIÓN Y MASCARILLAS

 

 


Con las bajas temperaturas que está viviendo el país debemos extremar las precauciones para garantizar el correcto uso de nuestras mascarillas.

 Durante algunos días el foco de nuestras vidas quizás haya pasado del coronavirus a la nieve, el hielo, las bajas temperaturas. Parce que hemos dejado aparcada la pandemia por una semana y las conversaciones pasaron a centrarse en el clima no sólo en el norte (donde es bastante habitual) sino en más de media España.

Pero las nuevas cifras de contagios nos están haciendo volver a poner los pies en el suelo y ahora, incluso más que antes, debemos tener presente la pandemia y extremar las precauciones para frenar la curva de infectados.

 Y tenemos que hacerlo sabiendo que está demostrado científicamente que el frío beneficia al SARS-CoV-2, igual que a otros virus respiratorios, ya que le permite una mejor conservación y hace más sencilla su transmisión.

Además, desde que las temperaturas han caído en picado todos estamos notando un fenómeno nuevo, en general bastante desagradable y hasta peligroso para nuestra salud: la condensación que nos moja la nariz y la cara cuando vamos por la calle.

 Es cierto que la temperatura por sí sola no afecta a nuestras mascarillas, pero lo que sí las daña es la humedad que por culpa del frío provoca nuestro aliento

 La temperatura del aire de nuestra respiración ronda los 35ºC y tiene una humedad relativa de en torno al 95%. Cuando al salir de nuestra boca, el aliento ‘choca’ con un aire mucho más frío, se produce lo que se llama condensación. Es decir, que el aire que expulsamos pasa del estado gaseoso al líquido creando diminutas moléculas de agua.

 

Es lo que sin mascarilla veíamos como el típico ‘humo’ que soltamos por la boca cuando hace frío. Un ‘fenómeno’ que puede ocurrir por debajo de los 10ºC si en el exterior hay una humedad alta, y por debajo de los 5ºC en todos los casos.

Y lo que este ‘fenómeno’ provoca es que ahora nuestro aliento no pueda salir al exterior, como ocurriría si hiciese más calor, y nuestra mascarilla se ve afectada de forma inmediata. Nos daremos cuenta desde el primer momento porque la notaremos humedecida.

 

La mascarilla pierde protección

El material con el que están diseñadas las mascarillas cambia sus propiedades y su capacidad de filtración cuando se ve afectada por la humedad, tanto si es por la condensación de nuestra respiración como si la moja la lluvia.

“la capacidad de filtración disminuye como consecuencia de la exposición de las mascarillas a humedades relativas altas” lo que supone una menor protección y un aumento de las posibilidades de contagio.

“si una mascarilla se moja por sudor, respiración o saliva, debe desecharse”.

¿El motivo? Para que empezar, que “ahí se concentrarán muchas bacterias y no es higiénico”

Pero no solo eso.

El agua altera la capacidad de filtración de las mascarillas y por eso recomiendan “llevar una o dos de repuesto durante estos meses de invierno.

 Así que si alguien va con una mascarilla ‘mojada’ aunque solo sea por su propio aliento, que sepa que no va igual de protegido y está mucho más expuesto a contraer el coronavirus.

Cambiarla con más frecuencia es muy sencillo, y aunque realmente supone un gasto, en una ecuación coste/salud le va a salir tremendamente rentable.

¿Podemos evitar la condensación?

Si no quiere aumentar el gasto en mascarillas existe una única solución para este problema, dada la situación sanitaria que vivimos. Y no es otro que tener la mascarilla aislada del frío para mantener una temperatura más equilibrada entre la que se genera en el interior, por nuestra respiración, y la del exterior por culpa del invierno.

Para tal objetivo podemos utilizar una bufanda o una ‘braga polar’ que mantenga aislada a la mascarilla al tiempo que no nos impida respirar correctamente. Pero ya avisamos que no es fácil, sobre todo si el frío aprieta.

No olvidemos que la mascarilla es una herramienta muy importante de protección, y si pierde su eficacia entramos en situación de riesgo real. Porque no se trata de adornarse sino de alejarse del virus, que además anda desbocado.

Cambiemos las mascarillas todo lo que sea necesario, por favor. 

 

Esperamos que esta información os haya sido útil.

Esperamos vuestros comentarios

 

 

 

Comentarios

  1. Gracias por la informacion. David R.

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  2. Pero bueno, solo hace falta cambiar la mascarilla mas amenudo. Gracias por las curiosidadaades.

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  3. Muy buena información, yo utilizo una mascarilla higiénica cada día. AVATAR

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  4. Gracias por la información. Yo soy de los que piensa que las mascarillas no sirven para nada. La gente hace lo que le da la gana. Se la quita en los bares y restaurantes, y va fumando por la calle. Además, está comprobado que las mascarillas higiénicas, y las de tela, no te protegen, y no sirven para nada. Si quieres estar protegido, te tienes que dejar la pasta. Lo mejor que se puede hacer, es no salir de casa. Sólo lo imprescindible, y mantener la distancia de seguridad, solo así, podemos estar seguros de no contagiar os.
    Jose Antonio Glez

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  5. Esta muy bien la información que nos habéis proporcionado yo tomo muchas precauciones procuro no salir de casa y siempre que salgo procuro procuro llevar una mascarilla nueva Jacobo

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  6. Muchas gracias por la información.
    Lo cierto es que estos días que hizo tanto frío se humedecían en un momento, pero que se le va a hacer hay que cambiarlas a menudo. Toca rascarse más el bolsillo.
    Emi

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  7. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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